Fuentes, cronología y periodización

Antes del desarrollo, desde el pasado siglo, de las investigaciones arqueológicas en el Próximo Oriente, que fue una consecuencia de la política colonial de las naciones europeas en aquellos paises, todo lo que se sabía de los asirios, los babilonios, los hititas o los fenicios, descansaba únicamente en lo que sobre ellos se podía leer en los distintos libros del Antiguo Testamento. A medida que los arqueólogos fueron recuperando los vestigios de aquellas antiguas civilizaciones y poniendo en marcha métodos para hacer más eficaces sus investigaciones, una cantidad cada vez mayor de documentos ha ido engrosando nuestros conocimientos. Hallazgos no muy lejanos de nuestros días como el de la ciudad de Ebla en Siria, nos confirman que apenas hemos recorrido un pequeño trecho del camino, y que queda aún mucha información por descubrir y estudiar.

Los documentos: su estudio y limitaciones.
Básicamente los documentos de que disponemos para reconstruir la historia y el modo de vida de todas aquellas gentes que habitaron el Próximo Oriente durante la Antigüedad, se clasifican en textos, que pueden ser de muy diversa índole (crónicas, inscripciones, literatura religiosa y sapiencial, códigos, etc.), traducidos de sus respectivas lenguas por los filólogos, y restos materiales (diversas clases de artefactos, utensilios, construcciones, etc.) que estudian los arqueólogos. Ambos proporcionan la información de que disponemos para reconstruir la historia del Próximo Oriente Antiguo, y por tanto constituyen las fuentes de nuestro conocimiento. Dicha información es, en conjunto, muy abundante pero se encuentra muy irregularmente distribuida, tanto en el espacio y en el tiempo como en lo que concierne a los diversos tipos de actividades realizadas por las gentes de aquellas civilizaciones, de las que pretendemos llegar a adquirir un conocimiento histórico lo más completo posible.

Aunque el paulatino y trabajoso desciframiento de las lenguas (sumeria, acadia, hitita, persa...) ha ido poniendo a disposición de los especialistas una gran cantidad de información que procede, casi siempre, de los yacimientos excavados por los arqueólogos, no debemos olvidar que son los palacios y los templos los que proporcionan el grueso de la documentación escrita, testimonio significativo al mismo tiempo del tipo de organización social imperante. La ausencia de una literatura que no provenga de forma exclusiva de los círculos socioculturales dominantes nos limita a la perspectiva propia de aquellos, y por consiguiente cuando empleamos los códigos y ordenamientos jurídicos, como principal forma de abordar el conocimiento de una realidad social que de otra manera se nos escapa, aún así, y pese a su extraordinaria importancia, percibimos sobre todo en tales documentos el punto de vista del legislador sin llegar a alcanzar plenamente la perspectiva de los legislados.

Si bien los materiales sobre los que se escribieron los documentos (tablillas de arcilla cocida, piedra, bronce) han facilitado enormemente su conservación hasta nuestros días y debemos al afán recopilador de algunos reyes de aquellos tiempos el haber podido encontrar grandes cantidades de ellos, como ocurre por ejemplo con la gran biblioteca del palacio de Assurbanipal, la información que nos proporcionan dista muchas veces de ser todo lo amplia y completa que nos gustaría. Al carácter parcial de los textos escritos, que emanan exclusivamente de los grupos socioculturales dominantes, ya que la mayoría de la población permanecía iletrada, se añaden los imponderables propios de la documentación de tipo arqueológico que, si por una parte reporta la ventaja de proporcionar en muchos casos datos fiables e indiscutibles dado su carácter empírico, adolece por otra de la casuística propia del estado de conservación de los yacimientos, algo que escapa a la responsabilidad y capacitación de los investigadores, así como de los problemas típicos derivados de la investigación de campo. Además, los restos de cultura material que se han conservado y han sido hallados por los arqueólogos, no lo han sido por una razón meramente aleatoria. Su grado de preservación ha dependido también, de alguna forma, de la calidad de sus soportes físicos, los materiales en que están realizados, que es mayor, por lo general, cuanto más elevado es el rango social de quienes los detentaron.

La cronología y sus problemas. La periodización.
Ni la investigación arqueológica, ni las otras disciplinas que se ocupan del estudio del Próximo Oriente Antiguo (Asiriología, Hititología, estudios bíblicos...) han podido resolver totalmente los problemas que plantea la cronología, por lo que ante la imposibilidad de obtener dataciones firmes, la periodización y las sincronías se presentan como útiles instrumentos para hacernos una imagen suficientemente fidedigna del transcurso de su evolución histórica. Los arqueólogos, por su parte, se han esforzado en reunir distintos conjuntos de caracteres y elementos culturales (utensilios, construcciones, obras de arte, etc.) y ordenarlos dentro de una secuencia lógica de más antiguo a más reciente, según la posición que ocupaban en los estratos de los yacimientos en que aparecieron y de acuerdo con criterios tales como las formas, dimensiones y estilos.

Se dispone con ello de una periodización arqueológica que nos informa que tal conjunto de rasgos culturales observado en tal o cual sitio es anterior o posterior a tal otro, pudiéndose establecer de esta forma periodos de duración aproximada. Con todo, la mayor parte de las dataciones así obtenidas son relativas, por lo que han de emplearse otros criterios y métodos para poder obtener datos cronológicos más seguros. Dado que algunas inscripciones, sobre todo las de los reyes, proporcionan fechas más concretas que podemos establecer por contraste con acontecimientos históricos mejor datados o con sucesos astronómicos bien conocidos, y que en otras ocasiones se pude recurrir a métodos de datación mediante análisis fisico-químico (carbono 14, potasio-argón, termoluminiscencia...), así como a la dendrocronología, se pueden llegar a obtener con su ayuda fechas más seguras que permiten presentar una serie sucesiva de periodos caracterizados cada uno de ellos por una cronología relativa:

Edad del Bronce 3000 al 1100 a. C.
Bronce Antiguo 3000 al 2000 a. C.
Bronce Medio 2000 al 16500 a. C.
Bronce Reciente 1650 al 1150 a. C.
Edad del Hierro 1100 al 330 a. C.
Hierro Antiguo 1150 al 850 a .C.
Hierro Medio 850 al 500 a. C.
Hierro Reciente 500 al 330 a. C.

Cada uno de tales periodos se divide, a su vez, en una serie de fases correlativas observadas en los estratos sucesivos de diversos yacimientos. Así se puede decir que el Bronce Antiguo queda dividido en B.A. I, II y III, correspondiendo cada una de tales fases arqueológicas a periodos históricos de mayor o menor extensión, como el Dinástico antiguo, el Imperio acadio, la dominación de los guteos y el Imperio de la Tercera Dinastía de Ur. Como se observará, el principal defecto de este tipo de periodización arqueológica es que no hace referencia alguna a los acontecimientos históricos ni a las características más importantes de cada periodo, sino que se limita a establecer una secuencia ordenada de "horizontes" culturales; aplicada además sin las matizaciones y correcciones necesarias a regiones muy extensas, como el Próximo Oriente Antiguo, induce a la aparición de desfases y desajustes entre distintas zonas cuyo desarrollo cultural no ha sido sincrónico, por lo que su empleo exclusivo no resulta de utilidad para el historiador.

Este, por el contrario, prefiere utilizar periodizaciones basadas en la cronología histórica, que es la que se obtiene principalmente de la fechas que proporcionan las inscripciones y otros documentos por el estilo, contrastadas con los datos cronológicos que se pueden obtener de la lectura de los textos y su relación, siempre que ello sea posible, con otros acontecimientos históricos o astronómicos conocidos. El historiador utiliza, de esta forma, los sincronismos con acontecimientos astronómicos conocidos, cuya fecha se puede precisar con exactitud, así como con otras culturas y civilizaciones, como la griega, para construir una cronología absoluta, que relaciona los hechos con nuestro cómputo del tiempo, es decir, con nuestro calendario.

Carecemos de datos de la historia de Asiria desde comienzos del s. XVIII hasta finales del XV. En Babilonia, el hueco se sitúa entre comienzos del s. XVI y mediados del s. XIV, aun aprovechando los sincronismos con Asiria. Tampoco tenemos datos fiables de las épocas anteriores al s. XXIV. Todo ello constituye lo que en historia mesopotámica se llaman «edades oscuras». Así que no puede fijarse con exactitud ninguna fecha anterior al s. XV, que es cuando comienzan los datos conservados de las listas reales asirias. La historiografía mesopotámica tiene que conformarse con una cronología absoluta algo imprecisa, con fechas casi siempre aproximadas.

En general puede decirse que todas las fechas anteriores al 1500 admiten variaciones de unos 64 años por abajo o de 56 por arriba, según su relación con ciertas posiciones del planeta Venus que se repiten cada 56 o cada 64 años; se habla, entonces, de cronología «larga» (n años + 56) o «corta» (n años 64) respecto a una supuesta cronología «media» (n), sobre todo en lo que respecta a la Primera Dinastía de Babilonia. Así, la fecha del primer año del rey Hammurabi, el más conspicuo representante de la dinastía mencionada, puede ofrecer tres variantes:

Cronología media: -1792.

Cronología corta: -1728 (- 64).

Cronología larga: -1848 (+ 56).

Las fechas entre -1500 y ca. -950 podrían oscilar en casos excepcionales un máximo de 20 años. A partir de mediados del s. X no son previsibles errores de más de un año o dos, gracias al eclipse del 15 de junio de 763, ocurrido durante el año epónimo de un tal Bursagale, lo que permite ascender por la lista asiria de epónimos hasta el 931.

CRONOLOGIA DEL PROXIMO ORIENTE ANTIGUO

10.000-7.500 Transición al Neolítico
7.500-6.000 Neolítico inicial
6.000-4.500 Neolítico pleno
5.000-4.500 Eridu (El Obeid I y II)
4.500-3.500 El Obeid (III y IV)
3.500-3.200 Uruk antiguo
3.200-3.000 Uruk reciente
3.000-2.850 Yemdet Nars

SUMER
2.850-.2700 Periodo de los héroes de las leyendas sumerias
2.700 Mebaragesi, rey de Kish
2.550 Mesalim, rey de Kish
2.430 Eannatum, rey de Lagash, Messannepada, rey de Ur
2.420 Enshakushanna, rey de Uruk
2.400 Reformas de Entenma
2.350 Reformas de Uruinimgina
2.350-2.325 Lugalzaguesi, Rey de Sumer y Akkad

AKKAD
2.235-2.279 Sargón rey de Akkad
2.278-2.270 Rimush
2.269-2.255 Manishtusu
2.254-2.218 Naram-Sin
2.217-2.193 Shar-kali-Sharri

2.192-2.143 Dominio qutu

RENACIMIENTO SUMERIO
2.144-2124 Gudea, de Lagash
2.120 Derrota y expulsión de los qutu
2.120-2.112 Utu-hengal, rey de Uruk


UR III
2.112-2.095 Ur-Nammu, de Ur
2.094-2.097 Shulgi
2.046-2.038 Amar-Sin
2.037-2.029 Shu-Sin
2.028-2.004 Ibbi-Sin
2.025 Pérdida de Susa
2.017 Invasión de los martu
2.004 Caída y destrucción de Ur

ISIN/LARSA
2.025 Fundación de la dinastía de Larsa
2.017 Fundación de la dinastía de Isín
1.953 Comienzo del reinado de Ishme-Dagán en Isín
1.934 Comienzo del reinado de Lipit-Ishtar en Isín
1.932 Comienzos de la expansión de Larsa con Gungunum
1.925 Derrota de Lipi-Ishtar por Gungunum

PERIODO PALEOBABILONICO
1.894 Fundación de la dinastía de Babilonia
1.835 Incursión elemita contra Larsa
1.813 Subida al trono de Shamshi-Adad I en Asiria
1.812 Comienzo del reinado de Sin-mubalit en Babilonia
1.792 Comienzos del reinado de Hammurabi de Babilonia
1.786 Hammurabi conquista Uruk e Isín
1.764 Victoria de Hammurabi sobre Eshnunna, Malgium, Elam, y Subartu
1.763 Hammurabi conquista Larsa
1.762 Victoria de Hammurabi sobre Eshnunna, Subartu y Gutium
1.759 Hammurabi conquista y destruye Mari
1.756 Conquista de Eshnunna
1.737 Primer ataque kasita en el reinado de Samsu-Iluna
1.730 Final de la insurreción de Larsa, Uruk, Ur y Eshnunna
1.725? Insurrección e independencia del País del Mar
1.700 Conquista kasita de Hana

HITITAS Y HURRITAS
1.650 Comienzos del reinado de Hatusil I
1.595 Conquista y saqueo de Babilonia por Mursil I
1.560 Formación de Mitanni
1.530 Comienzos de la expansión de Mitanni con Parattarna
Guerras egipcio-mitannias
1.450 Subida al trono de Hatti de Tudhaliyas I
Ofensiva hitita en el Tauro y N. de Siria
Paz entre Mitanni y Egipto

BABILONIA Y ASIRIA
1.571 Augum II rey de Karduniash (Babilonia)
1.530 Tratado fronterizo entre Burbaburiash I y Puzur Asur III
1.460 Ofensiva BAbilónica contra el País del Mar y reconquista de Sumer
1.400 Kurigalzu I rey de Karduniash
1.359 Subida al trono de Burnaburiahs II en Karduniash
1.332 Intervención de Assur-ubalit en el conflicto dinástico
de Karduniash
1,363 Comienzo del reinado de Assur-uballit I
1.305 Comienzo del reinado de Adad-Ninari I
1.273 Comienzo del reinado de Salmanasar I
1.235 Conquista de Babilonia por Tukulti-Ninurta I
1.218 Restauración kasita en Babilonia
1.157 Conquista elemita de Babilonia
1.154 Instauración de la II Dinastía de Isín
1.134 Campaña elemita de Nabucodonosor I
1.114 Comienzo del reinado de Tiglat Pilaser I en ASiria

EL IMPERIO HITITA
1.370 Comienzos del reinado de Subiluliuma
1.360 2ª campaña siria de Subiluliuma
1.354 Campaña de Amenofis IV
1..310 Comienzos del reinado de Mursil II
1.340 Comienzos del reinado de Muwatal
1.300 Batalla de Qadesh
1.280 Comienzos del reinado de Hatusil III
1.235 Conquista hitita de Chipre

PUEBLOS DEL MAR
1.230 El faraón Mineptah derrota a los libios y “Pueblos del Mar”
1.200 Invasión de los “Pueblos del Mar”: destrucciones en Anatolia, Siria, Chipre y Palestina
1.190 Batalla de Ramsés III contra los “Pueblos del Mar”

ISRAEL Y FENICIA
1.030 Saúl es ungido rey de Israel
1.010 Muerte de Saúl luchando contra los filisteos
1.098 Comienzos del reinado de David
970 Comienzos del reinado de Salomón
887 Comienzos del reinado de Ithobaal II en Tiro
814 Fundación de Cartago

IMPERIO (NEO)ASIRIO
911 Comienzos del reinado de Adad-Ninari II
875 Assur-narsipal II obtiene tributo de las ciudades fenicias
855 Conquista de Bit Adini por Salmanasar III
853 Batalla de Qarqar
851 Intervención de Salmanasar III en Babilonia
744 Comienzos del reinado de Tiglat Pilaser III
728 Tiglat Pilaser III sube al trono de Babilonia
710 Conquista de Babilonia por Sargon II
701 Asedio de Jerusalén
689 Destrucción de Babilonia
679 Incursiones de los escitas y cimerios
676 Destrucción de Sidón
671 Conquista de Egipto

MEDOS Y PERSAS/IMPERIO (NEO)BABILONICO
670 Unificación de las tribus medas
652 Secesión de Babilonia del imperio ASirio
648 Ciro I tributario de Asiria
647 Conquista y destrucción de Elam
626 Nabopolasar conquista Babilonia
614 Conquista de Assur por los medos
612 Destrucción de Nínive
610 Toma de Harran
604 Comienzo del reinado de Nabucodonosor II
597 1ª conquista de Jerusalén por Babilonia
596 Saqueo de Susa por Babilonia
587 2ª conquista de Jerusalén. Deportación y exilio
585 Paz entre el reino lidio y el reino medo
573 Capitulación de Tiro
555 Comienzo del reinado de Nabónido en Babilonia
550 Victoria de Ciro II sobre Astiages
547 Conquista persa de Lidia

IMPERIO PERSA
539 Ciro II conquista Babilonia
525 Conquista persa de Egipto
522 Dario derrota a Gaumata
Levantamientos en Babilonia y Egipto
520-486 Dario I: reorganización del Imperio y sublevación de Jonia
486-425 Jerjes: guerras contra los griegos
464-425 Artajerjes: insurrección de Egipto
424-404 Dario II: nueva insurrección de Egipto
Guerra civil/disturbios dinásticos
401-358 Artajerjes II: revuelta de las satrapías occidentales
358-338 Artajerjes III: fín de la revuelta y reconquista de Egipto
337-334 Dario III
334 Conquistas de Alejandro Magno